Algunas veces luchamos toda una vida para conseguir algo, sin darnos cuenta de que la mayor pelea, se lleva a cabo no con el obstàculo externo, sino con la imàgen que de él nos hemos configurado a través de una muralla de miedos. Un enemigo interno temeroso y pesimista, siempre atrae el desafío de convertirnos en un héroe que para ganar, no necesita librar batallas en el afuera, sino convertirse en aliado de sí mismo.
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