lunes, 28 de enero de 2013

TU PROPIO PODER


El poder teje desde la oscuridad, una prisión que disfraza de pertenencia. Promete paraísos, te crea necesidades y junto a ellas, la expulsión del Edén si decides por tu libertad. Entonces aparecen los cucos, el diablo, los castigos...; la amenaza bajo todos sus disfraces, mientras te van inoculando a través de la información, que "pertenecer" tiene un precio que generalmente se paga en efectivo o en cómodas cuotas con tarjeta de crédito.
Tus días se miden según el "rinde" laboral, y el amor se mide en la cantidad de regalos,  paseos,  marquilla del cigarrillo y la marca del auto; puesto que quien no pueda acceder a ello, está casi destinado a la humillación. 
Como la gran mayoría que día a día crece en este planeta, la gente se arrumba en pilas: pilas de desempleo, de hambre, de enfermedad y de orfandad; y mientras dejan sin techo a alguien más cercano a tu posición, tú pasas a engrosar el pánico en filas de desaliento. Estos poderosos saben que ahora te resistirás menos a que te humillen más, antes de terminar en la calle; y aprovechan para hacerte creer. que mientras estés "adentro", el sistema solo expulsa a los incapaces. Es por ello que se define a este sistema como perverso: promueve el que nos volvamos insensibles, egoístas y narcisistas; alimentando el sentimiento de que "aún somos especiales", agigantando el eogísmo, multiplicándose el sálvese quien pueda, y dejando a la agresión habitar las calles..., porque eso es lo que necesariamente sucede cuando se trata de sobrevivir.
Nuestro temor los alimenta, nuestra ceguera los cobija, y nuestros sueños desaparecen porque no hay tiempo que perder. El miedo que emanamos, es la comida con la que los dueños del mundo se alimentan; puesto que mientras tengamos miedo, es muy fácil manipular nuestra alma.
Paradojalmente, todo lo descrito hasta acá, es lo que llamamos cultura: es la que hemos creado con la complicidad de nuestras mentes,  que en lugar de pensar, se adormilan, consumen, compran,  obedecen y olvidan cuestionar.  Si mirásemos un poco más a la naturaleza, nos daríamos cuenta de que nos hemos desconectado tanto de ella, que ya no podemos siquiera dormir en función del descanso: pastillas y fármacos hasta en la sopa y las orejas, para ver si recuperamos un poco de eso que es tan natural como el sueño y la vigilia; pues la intranquilidad nos ha ganado y el miedo vive en nuestras casas a través del televisor, la radio y los medios de comunicación. No obstante, aún seguimos embanderando la tonta creencia con que nos consolamos y dice que estamos bien y estaremos mejor; y  que todo pasará en el momento que podamos pagar vacaciones, una casa mejor, un gurú, costear clases de meditación, y si es posible, comprar un viaje a la India para conseguir iluminación en cuotas pagas. 
Pierde el miedo; despierta, deja de creer en que todo se compra y que eres una isla que no caerá como tantos otros cayeron.  Lo que estás viendo son sólo las ilusiones con las que todos los días adiestran tu mente, los que precisan sostener su poder. Es muy fácil conducir a quien duerme, y sería terrible un despertar colectivo para quien hace de este mundo, un sitio para su ambición de dominio.  
El día que sepamos que  el poder no está en la punta de la pirámide, sino en su base, será muy difícil frenar la fuerza de millones de personas que desean vivir en paz y no en deuda. Quien está empoderado, tiene PÁNICO de perder el control. Y que lo pierda es sólo cuestión de dejar de consumirlo todo. No somos una isla, y lejos de ello, estamos conectados en red: lo que hoy le sucede a un punto del planeta, mañana sucederá al otro lado del océano. Y si no, observemos a algunos países de Europa que ni en sueños hubiésemos imaginado en algún momento pobres y de rodillas.
Piénsalo seriamente: ¿como pueden unas pocas familias poderosas, mantener de rodillas al mundo?. Como siendo mayoría nos maneja el 2% del mundo. Necesitan que no duermas, necesitan que pienses que eres un fracasado, precisan que tomes pastillas para vivir y sanar..., tan sólo para mantenerte hipnotizado. 


Que el poder esté en tu propia luz y en tu propia consciencia.






Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica

1 comentario:

  1. Siempre vigente esta reflexión... Ummm patéticamente cierto

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