jueves, 14 de febrero de 2013

SALIR DE LOS PROBLEMAS POR LA PUERTA O LA PARED: UD. ELIGE

Si en lugar de salir por la puerta de una situación, salimos atravesando la pared, es señal de que no tenemos en claro ni los motivos que guían nuestros actos ni la dirección que ellos tomarán.
En cambio, sostener el enojo domando al impulso puede dejarnos ver más claramente el picaporte, la llave, el umbral y el sendero, junto con el motivo de aquello que nos ha sacado de las casillas.
No siempre y bajo "emoción violenta" se nos da bien evitar el portazo, pero la descarga motriz de la bronca es parte del intento de exorcizarla, en tanto que la ruptura o el golpe contra una pared implica que algo se parte en nuestro interior. Por lo general lo que se rompe internamente es el hilo que asocia la causa real de nuestro enojo con la acción destinada a erradicarlo y es por eso que nuestras reacciones son en más de un sentido, incomprensibles, irracionales y exageradas.

Como siempre los extremos son pésimos, pero solo podremos salir de situaciones engorrosas en forma "limpia" si no esperamos hasta último momento para abrir nuestra válvula de "descompresión" a tiempo identificando la real causa de un problema. Solemos confundir la "tolerancia" con el "aguantar" largamente las injusticias, y es por ello que estallamos por intrascendencias y culpamos de nuestra infelicidad a aquellos con quienes tenemos mínimas diferencias. Somos capaces de romper amistades y matarnos entre nosotros mientras nos dejamos ultrajar por la violencia de quienes nos quitan día a día derechos  a los que jamás debiéramos renunciar.  ¡No me diga que jamás mira televisión resignado al saqueo del último político!. Pues bien, eso genera ira extrema que luego descargaremos pateando al perro del vecino, otros gritando a algún empleado y algunos más armando un drama gigante a causa de una pequeña estupidez. Nos preguntamos por qué "la gente está loca", cuando somos parte de esa gente que arma un mundo a partir de un grano de arena, e indefectiblemente Ud. y yo estamos involucrados en un grado menor o mayor del asunto, pero no hacemos ninguna descarga en el lugar y momento adecuado tan solo para que la gente no nos mire feo.  A esto llamo atravesar la pared para salir de un problema: estallamos en lugar de enojarnos y nos la tomamos con quienes por lo general nos sentimos más seguros de que no nos asestarán un golpe mayor.  
No nos dejemos engañar: somos seres  divorciados del enojo sano porque a otros les conviene mantener la bronca dentro de las puertas de tu hogar y del mío convirtiéndonos a cambio en intolerantes que no quieren oír volar una mosca en casa  mientras vamos a pagar las facturas abusivas en la larga cola del cajero de la injusticia.
Para pensarlo seriamente...

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