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domingo, 24 de febrero de 2013

ESTAMOS TODOS LOCOS


Cualquier tipo de retaliación fìsica, jamás puede ser la solución a ningún problema. Hubo tantas masacres, guerras, torturas, castigos y aquí en pleno desarrollo de la ciencia que puede curar casi cualquier enfermedad, seguimos pensando en castigos y mano dura sin prestar atención al mensaje. Seguimos matando al mensajero, al síntoma, pero sin buscar el origen de la enfermedad.


No estaríamos 24 hs. en estado de "alerta", constantemente a la defensiva y por ello mismo llenos de stress, si no estuviéramos dispuestos a atacar a quien nos ataque; lo cual tenemos grabado ya en nuestras mentes como si fuera un mantra que nos repiten a diario. No hay un momento del dìa en que no se alimente nuestra violencia, con la violencia transmitida por varios medios masivos de comunicaciòn, màs pelìculas, revistas, diarios.


El miedo genera violencia, y el primer disparo es dado por quien màs la padece. ¿No crees que aquel a quien no miras no està registrando un acto de violencia con la que lo declaras inexistente?. ¿Que sentís cuando tu pareja, tu hijo, tus padres o tus amigos te ignoran?. Ni que decir si lo hicieran abiertamente como tu lo haces todos los días, con los que pasan a tu lado mal vestidos, sin comer, sin techo, sin futuro y sin tus mismas posibilidades...!. No comprendes por que al otro le duele lo que a ti también te duele, ... no es cierto?. Una cosa es que te declaren inexistente a ti a tu pequeño ego, y otra es que seas tu quien declare inexistente a otro corriendole la mirada. Pues ese es en realidad el primer disparo. Esa mirada que se fuga, ese declarar invibisible a alguien, es el primer acto de violencia. Entonces, quien se puede declarar libre de culpa y cargo?. Lo que ves afuera, te pertenece.


Si queremos seguir mejorando la tecnología y las leyes pero no la consciencia, no vamos a erradicar la locura en la que vivimos. 

Ni Ud. ni yo estamos fuera de una sociedad que desprecia la vida animal, vegetal, humana; depredando constantemente el ambiente en el que vive y cerrando los ojos esperando que la solución venga siempre de un otro. No obstante, con cerrar los ojos dormimos la consciencia, y dejamos para los demás, lo que no queremos hacer nosotros. Así de violentos somos y aún así esperamos un mundo mejor.
Como dijo Einstein, la locura es hacer una y otra vez lo mismo esperando distintos resultados.