domingo, 19 de mayo de 2013

QUE ES EL DESEQUILIBIRO

Cada vez que nuestra conducta se inclina demasiado notoriamente en una dirección, que nos trae problemas o nos causa sufrimiento, tendemos a "equilibrarla", -en la mayoría de las veces de forma muy elaborada-, reaccionando de manera tal, que nuestros desatinos parezcan al menos a nuestros ojos, compensados. Un ej.  terrible pero muy claro de tal actitud, es la bulimia; en donde, después de un episodio de "atracón", se intenta un vómito, cosa de no padecer la consecuencia de tener que encontrarnos en el espejo, con una imagen que no deseamos ver. Sin embargo, al leer esto puede que creas que las personas "sanas", no tenemos ese tipo de síntomas; y que solo están reservadas a aquellos que tienen muchos problemas sepultados en alguna capa del psiquismo profundo. La cuestión es que no todas son reacciones que nos llevan a exponer el cuerpo físico en juego; pero sí existen otro montón de actitudes, que hablan del daño preexistente en la esfera emocional, y cuya solución se intenta mediante el hallazgo de un camino por cuya vía se compense o se niegue el dolor, la falta, o el daño que se le ha grabado de algún modo al alma.  Es muy frecuente encontrar en el mundo de los profesionales, una enorme cantidad de personas que ha elegido su vocación como modo de compensar una carencia o un estado doloroso; y por ej., entre las más omnipotentes; -como la del conocido cirujano-, hallamos oculto bajo el guardapolvo, una impotencia nacida de un tortuoso y sádico complejo de inferioridad. Popularmente se dice que "los psicólogos son locos",  y si bien toda generalización es errónea, existen postulantes que ingresan a la carrera, tan sólo a buscar un papel o título que certifique que no son eso que por dentro sienten como una amenaza: la locura.  Lejos de que el estudio los trastorne, la falta de equilibrio es anterior, y el estudio no hace más que ponerlo en evidencia. Otro ejemplo vox pópuli, serían los amantes de la abogacía, cuya "búsqueda de justicia", intenta remediar alguna situación vivida como injusta, padecida real o imaginariamente a manos de sus padres, transformándose en las famosas "aves de rapiña" cuya conocida tendencia a sacar ventaja de donde sea, es el leit motiv que los lleva a "ganar" la contienda a como dé lugar; incluso de forma injusta; tan injusta como fué la diferencia que siempre estará a favor de sus padres.
En fin, podríamos seguir con la lista, y nos faltarían mil casos por mencionar; y por este motivo, siempre existirán muchos lectores que al no identificarse con la bulímica, ni poseer una profesión que enarbolar; crean que han escapado de reaccionar como seres humanos y tener actitudes compensatorias. No obstante, no hay nadie que no conozca al famoso "SER DE LUZ", cuya oscuridad asoma antes que se vaya el sol; o el AMOROSO, que se la pasa enviando besitos, cariños, corazoncitos y dulzura a granel; aunque en la intimidad se comporte como una persona con un gran caudal agresivo. Están también quienes en nombre de una superioridad ESPIRITUAL te miran como asomados de un balcón desde 5 pisos más arriba, y haciendo flamear una soberbia gigantesca, se arropan en "bendiciones" y te cubren en "namastés", mientras por supuesto, su meta está en venderte sus sahumerios, a 30 dólares el par.
Después de este artículo, hay algo que tiene que quedar sumamente claro: el exceso de algo, habla siempre de una compensación. No por ello todos los cirujanos son sádicos, no todos los psicólogos son locos, no todos los abogados son déspotas, no todos los iluminados son oscuros,  no todos los espirituales son materialistas. Sin embargo hay que anotar, observar y meditar, acerca de que todo lo que se hace EXCESIVO en una dirección, -e incluso monotemático-, encubre algo de signo contrario en la otra punta del espectro. Exceso de euforia, exceso de santidad, exceso de extraversión, exceso de exposición, exceso de transparencia, exceso de maldad, exceso de generosidad, exceso de caridad, exceso... de lo que fuere; es siempre una conducta compensatoria y desequilibrada. 
Como siempre, lo más adecuado es el balance, puesto que de él nace el equilibrio, y del equilibrio nace la unidad.  
La vida tiene dos polos: arriba-abajo; adentro-afuera; derecha-izquierda; día-noche; sueño-vigilia; consciente-inconsciente...,  y todo se alterna en un ritmo constante para poder formar una totalidad. Si al amanecer le siguiese otro amanecer, no existiría el día como "unidad", puesto que para que ello suceda, es necesario también la existencia del anochecer. Entonces somos como una moneda, que para ser tal, también precisa de dos caras: mostrar la más agradable, sirve para poder tener un valor, y vivir en sociedad; aceptar la menos grata, nos sirve no solo para convivir con mayor sinceridad, sino para reconocernos como seres completos.

2 comentarios:

  1. Muy bueno Gaby, como siempre una guía para mirarnos y ver que nos pasa, gracias!

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  2. Muy bueno.. Nos hace los reacomodamientos mentales que necesitamos. Hoy descubri tu blog. Es excelente.

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