lunes, 6 de mayo de 2013

LA SUERTE DE VIVIR CON SUERTE

Que suerte que tuve con la vida que me tocó; porque al querer una fácil y sin dolor; me topé con la dificultad y las heridas. Que suerte que jamás pude hacer pié en lo superfluo; ni pude escaparme en las drogas ni en los vicios; y que dos por tres en el camino; un terremoto sacudiera mis ladrillos. Que grandes hallazgos obtuve, al bajar por las grietas al infierno; trayendo de él algún diamante que brillara como un sol en el cielo. Que buenaventura la mía, que creí ver lo majestuoso en los otros; hasta ver hoy, pasado el tiempo, que lo profundo nunca estuvo por fuera de mi piel. Tuve mucha suerte, créeme, de estar en graves extremos; de equivocarme y de disculparme; de equivocarme y enterrarme; de equivocarme y superarme. Por toda la suerte que tuve; hoy sé que con nada de lo pasado me podría haber quedado; que todo lo que perdí está más que bien perdido; porque no desearía volver a encontrarlo, y porque si volviera a vivir; no me arrepentiría de lo vivido. Comprendo cada paso que dí, cada error que cometí, y si pretendiese cambiar algo, simplemente sería infame. La ignorancia se va con los años si es que uno aprende la lección; y al mirar hacia atrás, no huye, y al mirar hacia adelante, corre, o camina, pero siempre avanza. 
                                                                                 -Gabriela Borraccetti-

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