miércoles, 12 de junio de 2013

TOCAR EL ALMA






Una persona no sólo tiene un cuerpo que cuidar, sino espíritu, su mundo de pensamientos, afectos, emociones y deseos. Aquello que es intocable pero escencial.

La psicología se ocupa del cuidado del alma a la que llama psique, y en la medida en que nos adentramos en ella, el camino del autodescrubrimiento se vale de sueños, fantasías, y de todo lo que no se ve ni se palapa; incluso de aquello que pareciera no tener ningún sentido ni causa aparente, y cuyas conexiones no habremos de encontrar con un simple razonamiento o un método lógico y lineal de interpretación. Por lo general, muchos se conforman con escuchar o leer significados bastante simples y lineales, como si fuesen recetas válidas para todo el mundo que equivoque una palabra, cometa un lapsus, lo confunda con un acto fallido, o sueñe con escaleras. Y sin embargo, esto lo hacen quienes sin haber completado estudios y conocimientos, gustan de darlos como si fuesen "grageas" de iluminación instantánea, tal como las escribe un médico cuando receta medicamentos. Quizá por esta razón, el aprovechamiento de la creencia generalizada de que "lo real" es aquello que se capta por mediación de los sentidos, induce a las personas a buscar para sanarse, algo concreto y tangible como las pastillas; que en teoría calman los dolores del corazón, el espíritu y la mente; cuando en realidad los anulan o los duermen; y sirven más para enmudecerlos y esconderlos al entorno, -que muchas veces es el que se ve trastornado y rechaza la aparición del sufrimiento psíquico de uno de sus miembros-, que para curarlos.

El día que se comprenda que por definición, el alma, la psique, el espíritu y los sentimientos no se tocan, se comprenderá que el modo de acceder a ellos, es por la misma vía de lo intangible.

domingo, 9 de junio de 2013

LA TRAGEDIA GRIEGA Y LAS MÁSCARAS EN CASA

La competencia sólo es leal y posible de igual a igual, pero si en una carrera hay alguien a quien le faltan las piernas o se coloca a un niño al lado de un adulto, no se trata de competir sino de "eliminar",  intentando que no se note la intención a todas luces manifiesta y sin embargo invisible para sus actores.
Esta es una situación que solemos transitar sin necesidad de participar en deportes competitivos  y suele hallarse presente en los vínculos familiares en situaciones en las que un padre coloca como pareja a un hijo, compite con el mismo intentando medir su poder, actúa con sorprendente calidez  para con uno mientras ignora a su espos@  y otro más se queda con el/ella, para no defraudar a los pequeños..., y no tan pequeños. 
Hay muchas formas de crear competencias malsanas y llenas de lugares imposibles donde nadie gana, relacionándose indefectiblmente ésto con una imposibilidad de vivir la vida sin precisar de máscaras, engaños o triángulos, en los cuales necesariamente alguien está en desventaja respecto de los demás. 
Es por ello que la mitología que parece un "cuento", no exagera cuando plantea situaciones en donde un hermano es a la vez esposo, padre o amante, siendo la hija, además de hija, esposa, madre o hermana del protagonista. Estos mitos son el retrato simbólico de las pasiones y engaños cotidianos, y deberíamos tomar nota de todo aquello que día a día sucede, creyendo que lo irreal vive de las puertas para afuera de nuestro propio hogar.
Después de todo un mito no es una mentira, sino algo que no sabemos leer o interpretar: todo lo vemos más claro cuando le sucede a otro, pero lo que tenemos muy pegado a la nariz es difícil que pueda cobrar contornos claros y por lo general, lo que menos sabemos leer es nuestra vida.