martes, 30 de abril de 2013

OPTIMISMO, PESIMISMO, DEBILIDADES Y FORTALEZAS.

Las personas tenemos tendencias diferentes hacia la forma de vivir, pensar y sentir; de acuerdo a una serie de factores que van desde lo individual e innato, hasta lo heredado y adquirido. Aquellos más críticos y prácticos; mirarán al mundo desde una óptica realista; en tanto que los más idealistas, obtendrán un contacto menos directo con el plano de lo concreto, para focalizar su atención en las esperanzas. Estas primeras dos formas de observar al mundo, tienen mutuas ventajas y desventajas, pero digamos que mientras el primero tiene una gran aceptación de aquello que le resulta limitante, se vuelve en el segundo motivo para no asir sus pies al suelo, pero sí poner alas a las ideas.No obstante, al momento de las malas noticias, unos y otros dan cuenta del golpe que produce el saberse "envasados" en un cuerpo que es tangible, y que se encuentra sometido a los agentes que invisiblemente, pueden tomarlo de rehén. Ante un diagnóstico negativo, esa masa de tejidos, venas y sangre, reacciona deprimiéndose, porque quienes nos deprimimos, somos nosotros. Nuestra emocionalidad y nuestros pensamientos, son el mayor escudo contra los agentes invasivos en todo aspecto; y no caben aquí los distingos entre el eterno optimista, y el práctico pesimista. En el fondo de toda personalidad. yacen los sentimientos que en mayor o menor medida, son reconocidos por todos nosotros como lo que nos hace realmente humanos. Cuando estamos en contacto con ellos, podemos buscar formas adecuadas de salir de los problemas, mientras que si nos alejamos incluso en nombre del optimismo; solo conseguimos negar lo que nos pasa, y agravar la situación. Vivir conectados a nuestra esfera emocional, tiene la ventaja de saber lo que pasa y cuando nos pasa para poder tomar cartas en el asunto y corregir un rumbo; en tanto que hundirnos en ella, nos quita capacidad de conocimiento y reacción adecuada, tanto como desconectarnos de su conocimiento. En términos prácticos, si a ambas personalidades se le hiciese un examen para sacar conclusiones respecto de su sistema inmune después de un diagnóstico negativo, podríamos observar la franca caída de las barreras inmunitarias, poniendo en evidencia que más allá de las naturales reacciones ante la dificultad; nuestra interioridad acusa con llana sinceridad aquello que la aqueja. Nada ni nadie por realista, pesimista u esperanzado optimista que sea, puede obviar en lo real, ese sustrato psíquico y vulnerable ante situaciones extremas; y lo que por fuera se ve como actitud, -optimista o pesimista-, el cuerpo lo desnuda sin filtro. La sabiduría y el autoconocimiento potencian nuestra salud, si ya sea con practicidad y ralismo, o con esperanza y optimismo, nos avenimos a aceptar sin tapujos aquello que nos lastima. Dejar un dolor de lado, o cargarlo como una mochila, son posturas extremas; estar en el centro de ellas, es simplemente aceptar para poder modificar.

Nota: en estos días ha comenzado a hablarse de una cura que puede llegar a destruir al virus del SIDA; y recuerdo a todos mis maestros que en forma de pacientes, han pasado por el consultorio del Hospital de San Isidro, mostrándome  día a día, que nuestra profunda fortaleza asoma y se abre a la luz como flores cuando algo las pone contra las cuerdas. A ellos les dedico este artículo, agradeciéndoles el haberme permitido quitarme tantas veces el guardapolvo, para quedar  allí en mi aspecto  más vulnerable, que es en definitiva, lo que nos hace más humanos y paradójicamente más fuertes: la sensibilidad. 

lunes, 29 de abril de 2013

PARA CONOCER TU GRADO DE DEPENDENCIA - Por Gabriela Borraccetti

Podría comenzar el artículo describiendo que es la dependencia, que es la chatura, que es la falta de creatividad, que es el diálogo interior, el equilibiro, la capacidad de ser un individuo, y al final dejar que cada uno haga su evaluación personal. No estaría nada mal, y de hecho me gusta que cada uno pueda hurgar dentro de sí para sacar nuevas conclusiones. Sin embargo, también conozco que la mayoría de los habitantes de este mundo, tiene acerca de sí el mejor de los conceptos. Nos sentimos creativos cuando no somos capaces de pensar por nosotros mismos, y suponemos que el concepto de independencia descansa en poder ir a hacer solo los mandados; o incluso, poder vivir entre 4 paredes, con la única compañía de nosotros mismos, dado que además, pagamos los impuestos sin ayuda de nadie. Y esto es un terrible y lamentable error, que justifica cientos de horas de nuetra vida, -por no decir miles y millones de tics tacs de reloj que se van y no vuelven-, sin que seamos capaces de parir algo nacido de nuestra cabeza, de nuestras emociones, de nuestros gustos o nuetro corazón. Una cosa es aquello que nace de la desesperación, y otra cosa es lo que nace de la vocación,  del placer, y del gusto por la vida; eso que perdemos por muchas razones, y en primer lugar por autodesconocimiento. Son legión la cantidad de personas que no poseen hobby, y que desconocen que es lo que le otorga sentido a sus vidas. Son mayoría abrumadora los que dependen de otros para encontrar alegría y significado en sus días, siendo muy pocos los que despiertan a su creatividad por el solo gusto de jugar y disfrutar consigo mismos.
Una excelente forma de tomarnos prueba, podría ser hacer este ejercicio:
-Prométete un día cada tanto, estar a solas; y si no puedes por razón de convivencia, busca al menos unas horas para tí en algún momento del día.
-Evita encender la radio,  el televisor, o  leer el diario.
-No busques desesperadamente en la red social cartelitos para copiar y pegar, y ensaya algunas palabras tuyas, ordenando en la mejor frase que puedas, un pensamiento, una idea, un sentimiento. Juega!!!!!!!
-Si te es posible, apaga también el ordenador aunque sea por un rato, ya que unas horas desconectado, evita que el "ruido" de otros interfiera en tu silencio.
-Deja que salgan a la luz todas las cosas que temes, que aflore la soledad, que te hable desde los rincones, y que el aburrimiento te muestre su peor cara. No te asustes!.
-Después de todo esto, y una vez que hayas podido verte más objetivamente, quizá puedas buscar activamente estar en silencio. Nadie se ha muerto por ello y por el contrario, muchos han econtrado fascinante el estar a solas consigo mismos. Por lo general, esa fascinación no tiene que ver con "natisocialibilidad", sino con la necesidad de tener un espacio real en donde hacer/crear lo que a uno le place.
Tu aburrimiento, tu pena, tu bronca, tu desesperación, la intolerancia al silencio, la soledad y todos los fantasmas que puedan aparecer por tu habitación alentándote a salir corriendo o a tirarte por la ventana, son directamente proporcionales a tu falta de independencia, a tu ausencia de creatividad, y a una gran necesidad de consumir:

Consumir información
Consumir compañía
Consumir palabras
Consumir figuritas (de esas que se pasan en Facebook de uno a otro muro, por ej.)
Consumir gente, -para no sentirte sol@-.
Consumir TIEMPO. Tú tiempo!. Tú vida.

Llegado este punto, nos damos cuenta de que somos más consumidores, -adictos-,  que creadores; y ha llegado el tiempo de reconocer que no estamos tan "centrados", y que no somos tan buenos intérpretes de la realidad, porque desconocemos  la nuestra: esa que nos asusta, nos espanta, y nos provoca una huida hacia paraísos artificiales creados por otros, para seguir soñando con que así como estamos, estamos bien y somos geniales.
No es fácil encontrarnos cara a cara con que la constante exposición al ruido nos lleva a repetir lo que otros piensan; ni es simpático advertir  que habitamos edificios conceptuales y reales que otros levantan, sin tener nosotros más participación que la de receptores pasivos o multiplicadores de lo que otro dice o crea. No es halagüeño para el ego, advertir que uno no puede dibujar tan siquiera un sapito, ni disfrutar y encontrar sentido en dar a solas un paseo por donde sea,  para oler las flores, o estar feliz de nuestra compañía.  Sin embargo, exponernos a esta prueba, nos dejará más conscientes de nuestro estado receptivo y de rebaño; pensando y reflexionando acerca de nuestra real dependencia, y pre disponiéndonos a buscar dentro de nuestro arcón interno, aquello que puede sacarnos del peor de los pozos de la infelicidad humana: la nada. La nada solo existe para quien no tiene algo por lo cual vivir; algo que le de sentido, aún en el medio de la enfermedad, la desgracia y la soledad. Ese algo nunca estuvo afuera para los creadores. Y si no, pregúntenle a Mozart, o a Beethoven, a quienes ni la pobreza, ni la sordera, ni quedar fuera de los círculos aristocráticos, los hizo retroceder en crear melodías para los dioses, que hasta hoy escuchan los hombres.

Gabriela Borraccetti

martes, 23 de abril de 2013

LO QUE NOS ACERCA, LO QUE NOS DISTANCIA



Nadie pueden entendernos tan sólo por escucharnos, ya que las palabras son un recorte, una diferencia extraída de un mar que arrastra en una frase, algo de la incongruencia del océano de donde han nacido. Un pensamiento nace de un sitio pleno de se sensaciones, emociones, ideas heredadas, experiencias vividas y reflejos aprendidos; echando por tierra la pretendida objetividad e imparcialidad, tan valorada por quienes dicen poder separarse de sus sentimientos; desconociendo así la natural esfera inconsciente de su estructura psíquica, pretendiendo no estar contaminados por la necesidad de acuerdo. El único modo de que la palabra minimice diferencias; es que contenga  intencionalidad amorosa, en quien la dice y en quien la recibe. Y la única intencionalidad amorosa que suele ponerse en juego en un diálogo, es aquella que nos dice que el otro piensa en forma similar a nosotros. Es el narcisismo el que elige con este dialogo, engordar, agrandarse y sentir que en el mundo nos devuelve un reflejo valorado de aquello que pienso, y por ende, de validación de mi inteligencia. Es por esta razón que las personas suelen escuchar  a quienes suman material al cúmulo de los que ya posee, y  desecha a quienes desafían la estructura de sus supuestos básicos.
En síntesis, el hecho de que seamos capaces de escuchar atentamente a otro,  depende de algo que se llama "admiración", o afinidad, -y por cierto muy narcisista, ya que se trata de alguien parecido a mí y no de un diferente; demostrando que  sólo intentamos incluir dentro de nuestro "círculo", a quienes alimentan nuestros pre-juicios, y no a los que los desafían. De este modo, a los que se atreven a hacer esto último, solemos "eliminarlos" con la descalificación,  con el nuevo botón de "bloqueo", o buscando activamente atacarlo si manifiesta algo que asociamos con la destrucción de nuestro pomposo ego.

-Lo que es verdad, bueno, inclusivo, correcto, acertado,  exento de todo vicio y maldad; es lo que yo pienso.
-El error, la mentira, el engaño, lo compulsivo, ex-clusivo e irrespetuoso; es siempre es del otro.

A mayor "inflación narcisa", mayor intensidad de ataque para con quien difiere en los supuestos a los que damos Status de Verdad; deducíendose fácilmente,  que la palabra y el diálogo por sí solos, no crean puentes, ni establecen lazos; ya que éstos, en la mayor de la veces, están hechos de narcisismo, y las separaciones se producen cuando se rompe el espejo.

domingo, 21 de abril de 2013

SOLUCIONES GRATUITAS, ALTOS COSTOS

Ella era adolescente; y con 13 años y las hormonas jóvenes, se dejó llevar en el impulso de mantener relaciones sexuales sin tomar en cuenta que el embarazo, -entre otras consecuencias-, era una posibilidad.
Nacida en una familia de principios morales rígidos y una relación sumamente conflictiva con su madre, no encontraba ahora consuelo para disolver la duda que en su cabeza, giraba segundo tras segundo, y hora tras hora, imaginando verse expulsada de su hogar, y con un niño pesándole en los brazos. En medio de la desesperación, y con una confusión emocional superlativa, en lugar de recurrir a un examen de sangre para la detección de embarazo, se decidió por una "videncia gratuita" que encontró por internet; después de todo, su culpa era tan atroz, que no pensó en pedir dinero a sus padres, a sabiendas también, de que debía justificar el gasto mostrando el objeto que había adquirido. Esta vez, no eran caramelos, no eran adornos para el cabello, no era un c.d., ni un jueguito para la compu. Por este motivo, la puerta de salida, terminó por ser algo que se le ofrecía gratis, prometiendo darle excelentes resultados.

Como si el miedo, la desesperación, el desconcierto, y la culpa fueran poca cosa para sentirse condenada; la consulta con la mujer de turbante, agregó una pizca más a su pánico. Según le había dicho, ya se encontraba gestando a un niño, y no tardaría en ser algo obvio en el transcurso de un tiempo, gracias al obvio crecimiento de su abdomen. Por tal motivo, sería urgente y muy acertado a criterio de la "vidente natural", adquirir un talismán que ella misma confeccionaría para subsanar el problema, a cambio esta vez, de un pago bastante subido de tono, pero directamente proporcional al pánico que nublaba toda razón, todo criterio lógico, y toda efectividad en el accionar de la joven. Aterrorizada, recurrió a una amiga cuyos padres acostumbraban pagarle una mensualidad; y en un acto de arrojo, le pidió que por favor, que la ayudara a comprar el talismán, y como refuerzo y por las dudas de que éste no funcionara, unas pastillas que le habían recomendado para provocarse un aborto.

La historia terminó en un mar de sangre, cuya única ganancia perteneció a la mujer de la ayuda gratuita; observándose que el regalo de la gratuidad, condujo a la adolescente a pagar con el cuerpo, aquello que no pudo procesar correctamente en su interior. Es casi obvio que la protagonista de esta historia, ha hecho una cadena de opciones que parecieran ser más un autocastigo inconsciente, que una puerta de salida; puesto que al fin de cuentas, la culpa intolerable por haber transgredido una prohibición, convirtió una suposición, en una desgracia que pagó literalmente con su sangre, dejando a la vista de sus padres, aquello que había querido ocultar.
Muchos se dirán a sí mismos, que ya son grandes y bastante expertos como para quedar atrapados en estos conflictos invisibles; y sin embargo, el adulto ya mayorcito, ha escondido de su visión y de su consciencia, todo aquello que en el fondo, sigue reclamando libertad; y llevándolo por caminos bastante arduos y retorcidos, para desembocar en algún momento en una gran crisis que lo obliga a cambiar.  De hecho, somos infantiles cuando seguimos sosteniendo que para salir de los problemas, no hace falta pagar ningún costo:

Un matrimonio que se realiza por temor a la soledad, pagará el costo de sentirse solo aún estando acompañado. 
Salir de tal situación, implicará el costo de la libertad y la responsabilidad por el propio sostén. 
Si hubo hijos, el costo será responder por ellos aún habiendo disgregado la familia; 
Y negar este hecho, tendría como costo, una batalla eterna entre padre y madre, colocando a los chicos en el lugar de las balas de un cañón, o los escudos de su guerra.  

Nada que precise cambiarse en favor de un crecimiento real e interno, puede lograrse gratis. Aprender a responder por nosotros mismos, implica la lección de reconocer que para llegar a donde queremos, y para ser quienes realmente somos, debemos trabajar, esforzarnos y empeñarnos en desenmascarar nuestros propios engaños acerca de quienes creemos ser. Todo en la vida tiene un costo; y lo bueno de esto es saber que en la medida en que se toman las decisiones en libertad y concordancia con nosotros mismos, va disminuyendo el dolor, y los costos que se pagan, son como la sarna con gusto; esa que no pica, simplemente porque nos lleva a rascarnos donde más nos gusta.  
No venimos a este mundo con un certificado que nos garantice que nos aplaudirán por ser quienes somos. Por lo general, todos debemos definirnos en medio de pruebas, de rechazos, de tiempos de ensayo-error, de decisiones, y de elecciones que muchas veces tomamos desde un lugar que tiende a evitar el conflicto con quienes nos rodean. No obstante, con el tiempo aprendemos que hay que desaprender, desandar ese camino, y volver a repetir la lección, pagando el costo de haber estado obedeciendo, evitando, temiendo, padeciendo,  para adquirir la libertad de quien realmente comienza a crecer sin que nadie apruebe sus elecciones. 
Debemos tener sumo cuidado con creer en lo gratuito; pues hay muchas maneras de camuflar un costo, y el más doloroso es el que involucra repetir la infelicidad y el padecimiento en nuestra propia vida. 

viernes, 19 de abril de 2013

LA BUENA SUERTE



Alguna vez tomaste consciencia de cuanto te cuesta tener un pensamiento feliz, en contraposición con lo fácil que te resulta tener muchas ideas y elucubraciones negativas?.
Es como si el miedo, la duda, y la desazón,  fuesen la base de una cultura, cuya dirección y manejo, se reserva a unos pocos que  nacen fuera de este círculo abrumadoramente mayoritario. Existe un porcentaje infinitamente superior de ciudadanos de este mundo, que asoma su cabeza al sol, sin darse la más mínima cuenta, de que vive en una marea programada para percibir la realidad como un gran pié que aplasta todo lo que se podría haber sido, hecho, o creado; de no ser por tener siempre presente, -como un cartel de luces de neón-, la palabra "imposibilidad", sumada a mensajes llenos de duda, y a la autodescalificación automática que como un mantra, nos repetimos rezando un "y quien soy yo para que me den importancia".

En el fondo de tanta pésima "educación", se encuentra el enorme temor a la capacidad creativa del ser humano, y es por ello que se lo esteriliza desde sus primeros años, generándo sin ninguna consciencia, -y a través de la educación-;  trabas, culpas, y prohibiciones, que a su vez se alimentan de la única sensación de poder que pueden llegar a tener aquellos que acceden al lugar de "padres".  El respeto mezclado con temor a algo superior, recorre una escalera que va de papá y mamá, hasta dios, el diablo, el cuco,  las autoridades, el gobierno, y todo lo que se plantee como una amenaza a una expresión sana y libre de la personalidad. 
En estos últimos tiempos, pareciera que no está tan de moda erigir la parte más seria de la prohibición, -y que tiene que ver con la responsabilidad-, pero sí la caprichosa definición de autoridad, sobre la que se sostienen muchas tiranías que bajo un poder corporativo, se ponen a la cabeza de un mundo que precisa aún estéril de todo impulso creador. 
De este modo, nos vamos definiendo en medio de la erradicación de la fe, la confianza, y la generosidad de la vida;  creyendo ser libres e independientes por tan solo poder ir de casa  al trabajo, tener a lo sumo vacaciones, y volver nuevamente al hogar como si fuésemos hormigas amaestradas. Desde ese lugar negro, con lentes negros y panorama gris, nada puede ser más difícil que estar contento y tener en foco un camino feliz, en el cual poder erigirnos como reales protagonistas de nuestra historia. Programados desde un lugar de inferioridad, crecemos mirando con susto a aventurarnos fuera de nuestro círculo habitual; y es por eso que ante lo nuevo, solemos dudar y arriesgar muy poco, apareciendo la más de las veces, los mensajes del miedo y la inseguridad. 
Si algo de esto fuera exagerado, no sería tan difícil vaciar nuestra cabeza de imposibilidades, y creer que somos los que "cortamos el bacalao" de nuestra vida. Por lo general, vivimos pidiendo permisos que no necesitamos, y aprobaciones que nos resultan indispensables casi tanto como respirar. 
Si alguna vez tomas consciencia de que es cierto que el programa mental al que nos habituamos de pequeños tiene mensajes devastadores, no será tan difícil perder el temor a los cambios, a lo inestable y a lo inseguro; ya que allí, donde nada está escrito y donde todo es posible, es el lugar donde está permitido pensar que todo puede ser. Y eso es la buena suerte de ser libre.

miércoles, 17 de abril de 2013

QUE ES SER VIEJO

Acabo de ver una foto de alguien cuyas canas y arrugas me han sorprendido. Tiene casi mi misma edad, y su  reflejo me impacta, porque en él puedo ver también lo que está sucediendo con mi cáscara, a la que obviamente miro con piedad día a día, para no asustarme del paso del tiempo.
Me quedo observando un rato, y pensando en los días en que jugábamos o nos peleábamos, y éramos pequeños. Y vuelvo a echar un vistazo hasta notar que quizá lo que más me impresiona, no es su apariencia física sino su postura. Su cuerpo , -delgado y bien conservado aún-, tiene los hombros caídos, tanto como su mueca cansada que hace un esfuerzo por disimular que estar en un lugar del que tal vez, quisiera huir. Me llama la atención ese rictus que muestra su espalda, no por el peso de los años, sino por dejarse caer un rato, gracias al cansancio de haber corrido siempre para cumplir: cumplir con el deber de trabajar en algo que se detesta, el deber de estar obligado a sostener una familia a costas de anular la propia creatividad, el deber de pagar los impuestos aunque te roben, el deber de dejar a tu hijo más horas en manos de terceros porque como padres, no hay tiempo para dedicarles, sino solo para trabajar.
Entonces me pregunto por el auge de la estética, y me doy cuenta de que es un cuento que intenta corregir en el lado externo de nuestro ser, una sequedad interna; pueso que, de qué servirá un lifting, un cuerpo que parece 10 o 20 años menos, la vestimenta de un joven; si la cabeza no puede ir más allá de sus obligaciones?. Me pregunto si alguna vez nos acordaremos de que ser viejo, no es que se te arrugue la piel para intentar corregir los efectos de la ley de gravedad en él; sino la actitud ante una vida que solo nos mantiene jóvenes, si nos preocupamos por mantener ágil todo aquello que no se ve: el pensamiento, las ideas, el alma, nuestro espíritu y todos esos sentimientos que se cultivan, solo si uno le da espacio a algo más que a las preocupaciones y obligaciones diarias. Llevamos el desgaste en el cuerpo, e intentar evitar lo inevitable, necesariamente conduce a una frustración que al final, te muestra lo inevitable. Esa actitud, es tan sólo una máscara, una pérdida del valioso tiempo que podríamos invertir en filosofar, en tomar más vino, sentarnos con amigos, criar a nuestros hijos, y reclamar un tiempo para jugar con los nietos, en vez de criarlos. Hemos perdido la calidez de los vínculos, junto con la capacidad lúdica y de comunicación de corazón a corazón; ya que este ritmo de vida, -superficial, obligatorio e inexorable-, nos mantiene tan distanciados de lo verdadero, como para impedir que podamos hacer algo más que cuidar una cáscara destinada a la pudrición.  ¿Que vínculos felices pueden tejerse en medio de la obligación de trabajar de sol a sol, sin tener un segundo para los afectos, y buscar afanosamente vacaciones o tiempo de sobra, como para poder ver, visitar y besar a quienes queremos?. No olvides que el tiempo no retorna, no olvides que este minuto se te está escapando. No olvides esto porque es lo único que puede urgirte a buscar más allá de una apariencia bella, aquello que realmente puede hacerte feliz.  No te olvides de ingresar en tu interior, y despertar a tu vocación aunque sea como un hobby; porque ello será lo que te mantenga con vida, pleno y jóven.
Lamentablemente se nos ha enseñado en estos años, a consumir para rejuvenecer, pero nada de lo que está fuera de nosotros, puede ofrecernos un lifting del alma. El verdadero rejuvenecimiento está en la alegría de hacer lo que más amamos, de poner afuera lo que nos expresa en ideas, en arte, en creaciones, o en lo que pueda llevar nuestro acento tan único y personal, como el ADN o nuestra huella digital.
Busca, y no te vayas sin haber dejado nacer lo verdadero y escencial que vive dormido en tí, porque ser o convertirse en viejo, es olvidarnos de lo que nos hace especiales, no necesarios ni bellos por fuera.

martes, 16 de abril de 2013

NARCISISMO: AMOR Y ODIO FRENTE AL ESPEJO



-No me gusta este espejo!

-A quien ves?

-No soy yo.

-Quien es?

-No sé. Pero esa integridad que tiene, no me acompaña cuando me corro de este vidrio. Esa imágen intacta, esa tranquilidad y encanto con el que me mira así...

-Como te mira?. Como te sentís?
-Fragmentada. Automáticamente cuando quiero pensarme toda, siempre hay algo que se subraya: una parte de mi cuerpo; o mi brazo, o una pierna, o un pié, o el cuello..., pero nunca puedo unirlo todo, sentirlo todo de una vez!. Ella lo es todo, se siente más que yo!!!.
-Que quisieras hacerle?
- Romperla en pedazos!!!!, así no me siento más tan en falta, tan insegura, tan incompleta, tan poquita cosa; tan fracción, cuando ella es entera.
-Si la rompieras en pedazos, quedaría igual que vos...
-Si la rompiera en pedazos, no tendría que vivir compitiendo.
-Con quien competís?
-Uy!!!!! con cualquiera a quien yo vea como mi espejo...???.
Con cualquiera a quien yo vea como mi espejo!!!!!.

Solemos odiar aquello que más nos refleja...

domingo, 14 de abril de 2013

LOS LÍMITES DE LO COMPROBABLE



La ciencia es fría. Un esqueleto de conceptos que muchas veces deja sin responder, cuestiones básicas en gigantes teorías. Nadie se había ocupado hasta ahora, de explicar que es lo que hace que la galaxia esté en expansión, tal como lo hace un globo que se infla. Sin embargo, sus representantes de guardapolvo blanco, obviaron preguntarse por quien llevaba a cabo la acción de inflar!!!. Muchos de los huecos que quedan en la lógica, son complementados sabiamente por La filosofía, que dirige su mirada al mundo, sin necesidad de comprobar con hechos sus pensamientos. Por lo tanto, una pareciera pertenecer al hemisferio izquierdo, racional, lineal. La otra, al derecho: imaginativo, creativo e irracional. Sin embargo, en la mayoría de los casos, ambos trabajan juntos; con la salvedad de que los porcentajes varían en la composición de un pensamiento o cuerpo teórico. Tratar de que ambos lados del cerebro no peleen, y nos pasemos la vida defendiendo a uno o al otro, sería un buen comienzo para evitar polarizarnos en uno u otro bando, dejando de crear versus innecesarios, donde todo se transforma en un partido de fútbol con dos bandos. Entonces, digamos que las soluciones empiezan por casa, muy dentro nuestro, y en cada pliegue de nuestro cerebro. Si el pensamiento precede a la acción, tal como se lo ha demostrado, comencemos por pensar que todos tenemos una parte de la verdad en alguna medida. Ambicionar poseerla toda, es una meta que sólo podría alcanzarse si se acepta que por cierto, somos bastante limitados. Acto de humildad que muchas veces se nos escapa de las manos sin darnos cuenta de que es la clave del primer paso hacia la sabiduría. Quien pudiera?. Todos podemos crear nuestro diálogos mentales, en donde lo racional, discuta con lo fantasioso, lo práctico entrelace sus manos con lo emocional, e incluso, la mentira se mezcle con la más pura verdad, porque los velos muestran siempre, que debajo de ellos, siempre hay algo que buscar.
Sin embargo, la aspiración al todo, debe ser precedida de la más pura consciencia de nuestros limites, y de saber que la tesis, -o aquello que afirmamos-, es seguida por la antítesis, -lo contrario de lo que afirmamos-, antes de llegar a la síntesis, que es un concepto inclusivo!.
Como dijo Lacán, la verdad no toda es. Y nunca nadie puede poseerla por completo, quizá porque la palabra misma, carece de completud. 

miércoles, 10 de abril de 2013

LOS DIBUJOS Y LA SEXUALIDAD DE LOS NIÑOS - Por Gabriela Borraccetti

Allá a lo lejos y hace tiempo, a principios de la década del 1900 y para ser más exacta en 1908, Freud afirmaba que la sexualidad era infantil. Si bien esto se podría entender como que la sexualidad puede permanecer en ese estado, -lo cual también es cierto-, más bien se refirió a que no hace falta tener hormonas y llegar a la adolescencia, para que ésta se manifieste como tal en un niño; el cual la tomará sencilla y normalmente, sin los tapujos posteriores que vendrán con la educación.
Freud denominó a los niños como "perversos polimorfos",  calificativo que si bien a simple vista parece terrorífico, no hace más que subrayar que la sexualidad inicialmente, está apartada de la identidad sexual derivada de la genitalidad, y que establece la diferencia entre "ser hombre" y "ser mujer".
El ser humano adquiere una "identidad" como hombre o mujer a medida que crece; en tanto que en los primeros años, simplemente se considera femenino y masculino a la vez, sin ninguna distinción más que la que el placer que su condición sexual le otorga. Por lo tanto, lo de per-verso, implica una "otra versión" de la sexualidad; refiriéndose el calificativo de "polimorfo", a la versatilidad y la multiplicidad de formas que adquiere, independientemente de poseer un pene o una vagina.
Esta afirmación escandalizó al mundo no sólo en aquel tiempo, -victoriano, pacato, fuertemente reprimido y prejuicioso-; sino en este siglo en el que aún, cuando un psicoanalista afirma que los niños tienen sensaciones y placer sexuales, es casi una afrenta que levanta una ceja con desconfianza, y produce escozor y rechazo en las más de las veces.  Es incomprensible para alguien ver en la sonrisa de un bebé al que se lo eleva y se lo baja en los brazos al compás de un "upalalá", -o cualquier otro sonido que acompañe la caída o el balanceo más o menos rápido de arriba hacia abajo-; el reflejo de un placer que su cuerpo registra a nivel genital; y que el niño festeja con su risa o su sonrisa. No obstante, los genitales vienen con nosotros desde antes de nacer, y poseen desde tal momento, la connotación que tiene cualquier otra parte del cuerpo; con la salvedad de ser la que por lo general, más sensaciones placenteras provoca al infante. Hasta que no comienzan los "correctivos" o las prohibiciones respecto de  la sexualidad, un niño no dudará en tocar o estimular sus zonas erógenas, con la naturalidad que lo haría cualquier adulto, si a éste no le hubiesen dicho que el pudor y el secreto, son necesarios para no asemejarse a un animal que va por la calles montando hembras o buscando el goce de una penetración. De aquí al castigo y la condena por el disfrute, hay un largo camino con muchas y cuestionables variantes; sin embargo, es un tema que mejor dejo para abordar en otra nota por su complejidad cultural, y  y consecuencias, tanto en lo físico, como lo emocional,  y lo psíquico.
No obstante, es muy bueno tener en cuenta que los niños conocen el placer que deriva de sus genitales; y saben, -por el cuidado con que se trata el tema en su hogar-, que ciertas caricias no son las que prodiga un adulto, distinguiendo entre las que son dadas con cariño, de aquellas que sin saber por qué, le resultan extrañamente inusuales, sobre todo cuando se les pide en voz baja, que no cuenten lo sucedido. Un niño, sentirá placer en su sexo en situaciones de baño, de juego y demás; pero a partir de la prohibición de hablar, comenzará a percibir que en ello, existe algo malo, y sin saber exactamente por qué, intentará comunicarlo del mejor modo que ellos pueden hacerlo: el dibujo o el juego. Un niño no contiene en su vocabulario las palabras "penetración", "violación", y menos tiene la experiencia de una relación sexual como tal. Por ello jamás podrían decir que les sucedió, ya que el hecho les resulta algo desconocido y sin nombre.
Los dibujos de los niños suelen tener normalmente una connotación sexual, puesto que sus obras reflejan aquello que les da placer y los hace sentir curiosos. La significación de los mismos, no es lineal, y no significa  siempre que dibujar un pene, implique ninguna violación. Sin embargo, cuando el contexto indica una conducta muy diferente a la usual, y su negativa a ir a algún sitio o estar con alguna persona se instala como rasgo llamativo en su conducta, hay que poner suma atención. Guardar sus dibujos y llevarlos a un profesional, es algo muy importante que no debe ser olvidado; pero aún más importante será escucharlos y percibir sus cambios de humor, su llantos y la incomodidad que no pueden verbalizar, so pena de algún castigo al que temen si llegasen a comunicar el asunto.
En síntesis: los niños tienen sexualidad, tienen sensaciones placenteras desde que nacen en sus genitales, y pueden disfrutar de su estimulación con tan solo fregarse sobre sus piernas o subir a una hamaca, o a un tobogán. Carecerán de todo prejuicio al respecto, y de toda connotación de "bueno" o "malo"; cosa que naturalmente, favorecerá el desarrollo de una personalidad plena y feliz; pero la deformará si no logramos escuchar ni ver el modo en que ellos pueden comunicar lo que desconocen.

domingo, 7 de abril de 2013

COMPLETANDO FRASES

No puedo escribir

No puedo escribir nada

No puedo escribir nada más

No puedo escribir nada más hermoso

No puedo escribir nada más hermoso por hoy

No puedo escribir nada más hermoso por hoy, aunque mañana

No puedo escribir nada más hermoso hoy, aunque mañana vuelva

No puedo escribir nada más hermoso hoy, aunque mañana vuelva a intentarlo...

Siempre podemos agregar una palabra màs a una frase, y cambiarle el sentido y la direccion a un dìa, y también a una vida. Nunca cierres significados, pues mientras estén abiertos, tienes la libertad de continuar sin punto final.

APOLOGÍA DE LA DISCUSIÓN

Permanecer igual  no exige esfuerzo. Lo diferente, nos hace crecer.


Las discusiones en la pareja son un clásico que está bastante mal calificado y visto.
Nos hemos educado con el doble discurso que predica desde lo teórico, que "está mal discutir"; mientras que en la práctica, -y puertas adentro-, se nos hacen visibles muchas guerras de dos, de 3, o de muchos más participantes, en las que uno espeta al otro en tono elevado, medio o bajo; el desacuerdo, e incluso muchas veces, el agravio; pretendiendo que el interlocutor permanezca inmutable, aún cuando le proferimos algo que lo hiere, o que incluso sin nuestra más mínima intención,  interpreta subjetivamente como descalificación.

Como dijo Freud, cuando dos personas piensan igual, es porque una de las dos piensa por ambas;  y es que es totalmente irracional esperar que aún teniendo cerebros morfológicamente diferentes, se  nos den igual los procesos mentales!. Si bien Freud no dijo lo que dijo aludiendo a la morfología del cerebro humano, se me ocurrió esta metáfora para comparar el hecho de la "identidad" de la forma, con a las diferencias absolutas entre los seres humanos. Un aparato de televisor, -que incluso puede ser diferente en lo estético según el modelo-,  tiene las mismas conexiones de cables en cualquier modelo que se fabrique; y por lo tanto, posee un "circuito" establecido, por donde pasará la energía y la información. Sin embargo, las personas, no hacemos sinapsis con las mismas cosas, y nuestro "trayecto" o circuito informativo, se construye a través de la asociación de determinada experiencia, con un quántum de afecto; pudiendo generar vivencias diametralmente opuestas, incluso entre hermanos/gemelos/mellizos, o personas supuestamente "iguales". Si bien esto último se ha constituído en mito, las vivencias que cada uno va recogiendo en su camino, son únicas desde el momento en que cada uno las "lee" o interpreta, según el prisma de su propia interioridad. Dos padres pueden  ir a un aeropuerto a despedir a su hijo; y mientras uno llora por el alejamiento del mismo, el otro se alegra  por ver en el hecho, no un distanciamiento, sino una promesa que contiene un futuro brillante para él.
Les guste o no a los más esquemáticos, lo que hace la distinción entre personas, son las asociaciones entre experiencias, sentimientos, pensamientos y aspiraciones que se acomodan en diferentes dosis para construir nuestro "circuito mental". De este modo, la mente, la emoción, la experiencia y los ideales; forman en cada uno de nosotros, un modelo único e irrepetible que nos diferencia de cualquier otro ser en el mundo. Nuestras huellas dactilares, nuestro ADN, y una cantidad de características más que se traslucen en lo físico, son el testigo indiscutible de que miren por donde nos miren, no hay dos seres si quiera similares en el mundo.
El cuento de hadas de un hogar tipo familia Ingalls, está simplemente para traumar por ej., las cabezas de los que inocentemente se internan en una relación, y van en búsqueda de la media naranja con vistas a solucionar la soledad, la desesperación, la sensación de fracaso, de futilidad o de abandono.
El hecho de convivir, -y comencé hablando de pareja aunque esto se hace extensivo a la familia-, debería resaltar justamente la comprensión que no somos iguales; y sin embargo, al descubrir tales diferencias, solemos poner el grito en el cielo, exigiendo que el otro conecte los mismos cables que conectamos nosotros al tener una conversación, o al hablar y opinar sobre un tema/persona/situación.
No podemos aceptar, -gracias a lo aprendido desde la más tierna infancia, que el parecido no es jamás copia; y a pesar de que nuestra mayor tranquilidad descansa en  el acuerdo que por la fuerza aprendimos a tener con papá y mamá, las cosas funcionan mejor cuando no estamos tan de acuerdo. Ello es señal de problemas afectivos en algunos casos, mientras que en otros, señala que nos estamos convirtiendo en individuos. El diagnóstico depende de cuan bien nos sintamos al presentarse la discrepancia.
Todos podemos observar dos cosas:
1- Cuando algo nos molesta mucho, es porque ha tocado un punto significativo de nuestra vida anímica, provocando una identificación con algún punto del tema en cuestión. Generalmente, si alguien nos dice algo que repercute en nuestro imaginario psíquico, solemos reaccionar desfavorablemente ya sea explotando o implotando.
y
2- Lo que no nos llega a molestar,  simplemente pasa de largo por no causar  dicha identificación; o por no revestir importancia alguna  la persona con la cual se ha generado el desacuerdo.

Como se puede ver, todo depende de que se toque un punto sensible, o un punto neutro dentro de nuestra alma.
Cabe aclarar, que para hacer que algo sea sostenible en una relación de dos o más, no podemos estar en las antípodas de nuestros interlocutores válidos, y sobre todo, no podemos convivir con alguien que no sólo opine diferente, sino que nos obligue a una completa transformación. Cuando algo así sucede, no puede franquearse con nada ni por nada en el mundo, salvo a través del amor, que muchos confunden con sumisión, e incluso obediencia. Quizá sea eso lo que suceda en la mayor parte de las disputas; y estemos pidiéndole al otro que nos demuestre su afecto, tal como lo hemos demostrado a nuestros padres: cediendo a nuestro deseo con tal de ser aceptados.
El mayor potencial de convivir con alguien muy diferente, es el de un gran crecimiento interno si se aceptan las diferencias como parte de nuestra humanidad. El peor efecto que podría tener, es el de marcar caminos separados, sin poder encontrar más que la mutua intransigencia, y el afán de transformar al otro en un espejo que nos devuelva la bella imagen que tenemos de nosotros.
Ese punto en donde no hay retorno, suele ser el que indica que no podemos cambiar en nombre de nada, ni por nadie; sino que podemos hacerlo sólo por nosotros mismos, a nuestro ritmo, y en la dirección que elijamos no desde la necesidad, sino del deseo de ser quienes somos en realidad.
Por: Gabriela Borraccetti



viernes, 5 de abril de 2013

SER Y ESTAR


Las palabras tienen mùsica, atraviesan el tiempo, el espacio y los corazones. Son màgicas, acarician, pegan, fortalecen, susurran, gritan, hieren...,curan. ...Y tienen el poder de crear el lugar desde el cual miras el mundo. Si te han calificado de forma negativa, será cuestión de que comiences a descreer de aquello que te han dicho; y por lo menos comenzar a cambiar el verbo ser, por el vebo estar: no eres tonto, sino que a lo sumo puedes estar tonto. No eres malo, sino que pudiste estar mal. No eres un error, sino que pudiste estar errado..., y de a poco, todo cobra otra dimensión en la que el autocastigo y la mortificación ya no son necesarias, apareciendo en cambio la puerta de la propia aceptación y la autosuperación. 

miércoles, 3 de abril de 2013

ECOLOGÍA DE LA AMISTAD




Algunas veces nos damos cuenta que una amistad repentinamente ha terminado; y al hacer el balance; registramos hechos que denuncian en tono menor, - pero no por ello menos alarmante-, que debajo de una sonrisa de bienvenida, se ocultaban muchas tristes competencias, desacuerdos o diferencias. Solemos tomar esto como algo personal, sin embargo, ciertas discrepancias, sobre todo cuando surgen sorpresivamente, parecen provenientes del mal metabolismo de dolores lejanos; que seguramente tienen características infantiles, y que comparadas con la reacción actual, parecerían desproporcionadas. Advertimos en algún momento, que los celos y las envidias pequeñas, pudieron despertarse en algún momento desconocido, y que por lo visto, para estallar en una ruptura, tuvieron que ser no sólo acumulables, sino indisolubles, -como las botellas de plástico que se tiran al mar-; debiendo ahora comprender, que poco podíamos hacer para calmar esos viejos ecos de heridas pasadas, que para colmo, se creen superadas. Caemos también en la cuenta, de que las creencias de uno, lejos de ser indiferentes, daban en el centro del temor del otro; y que muy a nuestro pesar, habíamos ofendido seguramente y más de una vez, a algún dios que el otro guardaba en un secreto tan profundo, que era ajeno a él mismo. Así llega un día en el que se terminan los llamados; y uno sabe que eso es correcto. Pues no existe amistad cuando se intenta disolver con la tolerancia, algo que tiene más que ver con las heridas que se arrastran desde siempre, y que muchas veces volcamos sin un mínimo de consciencia en nuestros vínculos. Sólo reconociendo sinceramente los problemas que llevamos a cuestas, es posible derrotar a un ego omnipotente que se cree superado; yendo por la vida ciego a los gestos, y sordo a aquello que se nos reclama como una falta persistente de nuestro carácter.

Por otra parte, la cuestión no está en extirpar el "defecto", sino aceptar que muy posiblemente seamos no tan santos, no tan transparentes, y en definitiva, tengamos que convivir con la consciencia de no ser solo la llama de luz, sino también la oscuridad que nos rodea.